
Japón: Manifestantes y simpatizantes se reúnen por la entronización del Emperador Naruhito en Tokio
Una manifestación antiimperialista celebrada durante la ceremonia de entronización del emperador Naruhito el martes en Tokio fue mucho más tranquila de lo que se esperaba, sin que se produjeran disturbios ni incidentes importantes de los que informar.
500 manifestantes antiimperialistas salieron a las calles y tres fueron detenidos, según los medios de comunicación locales. Exigieron el fin del sistema imperial y se opusieron a la ceremonia de entronización, que, según ellos, viola la separación de la religión y el Estado que se establece en la Constitución de Japón.
La ceremonia contó con la asistencia de unos 2.000 simpatizantes y 26.000 agentes de policía reclutados en las zonas aledañas.
Las multitudes celebraron el inicio de la nueva era de 'Reiwa', ya que marcaron el final del período anterior de 'Heisei', que había durado treinta años y que había estado plagado de desastres naturales, incluyendo terremotos y tsunamis.
La ceremonia incluyó tres rondas del tradicional canto Banzai, siguiendo el himno nacional. Los simpatizantes que se reunieron frente al Palacio Imperial, describieron que estaban especialmente "orgullosos" de ser japoneses y de "presenciar un tiempo tan precioso".

Una manifestación antiimperialista celebrada durante la ceremonia de entronización del emperador Naruhito el martes en Tokio fue mucho más tranquila de lo que se esperaba, sin que se produjeran disturbios ni incidentes importantes de los que informar.
500 manifestantes antiimperialistas salieron a las calles y tres fueron detenidos, según los medios de comunicación locales. Exigieron el fin del sistema imperial y se opusieron a la ceremonia de entronización, que, según ellos, viola la separación de la religión y el Estado que se establece en la Constitución de Japón.
La ceremonia contó con la asistencia de unos 2.000 simpatizantes y 26.000 agentes de policía reclutados en las zonas aledañas.
Las multitudes celebraron el inicio de la nueva era de 'Reiwa', ya que marcaron el final del período anterior de 'Heisei', que había durado treinta años y que había estado plagado de desastres naturales, incluyendo terremotos y tsunamis.
La ceremonia incluyó tres rondas del tradicional canto Banzai, siguiendo el himno nacional. Los simpatizantes que se reunieron frente al Palacio Imperial, describieron que estaban especialmente "orgullosos" de ser japoneses y de "presenciar un tiempo tan precioso".